sábado, 30 de mayo de 2009

Sunday Bloody Sunday (II)

El fiat 600 rugía, lo que puede rugir un fiat 600, por lo pronto el ruido del motor no se escuchaba en mi cabeza, la pobre iba elaborando distintos escenarios en los cuales las palabras que había escuchado minutos antes no significaban lo que realmente significaban, entonces mis labios empezaron a moverse.

-“el pelotudo este, siempre limpiando las armas y jugando con ellas, seguro se pego un tiro en la gamba” dije en voz alta para mi sorpresa.

-“y si, siempre alguna se mandan” dijo Martín con todo el tacto del mundo, pero la mirada que me tiro en ese mismo momento, hoy en día la entiendo y fue de lastima.

-“si, seguro que paso eso” decía en voz alta y para mis adentros, intentando engañarme.

Cuando doblamos en la esquina de la casa, el mundo se me vino abajo, vi los autos de nuestros amigos y la gente apretada en la vereda de la casa, cuando me di cuenta que no conocía a la mitad de las personas que estaban ahí, finalmente mi cerebro cayó en la cuenta de que había pasado.

Me baje corriendo del fitito, casi todavía estacionando mientras gritaba donde estaba tomy, pase por una multitud de gente que me miraba con cara desorbitada, y finalmente Ariel, intimo amigo de Tomás, y en ese momento, posiblemente uno de mis mejores amigos me atajó.

Ariel media cerca del metro noventa y aunque no pesaba mucho, una vida de jugar al basquet, le habian dado un cuerpo bastante respetable. Como si eso fuese a importar, intento pararme cuando me vio en la puerta y lo tire a un costado como si ni siquiera estuviese, pero él, que era un buen amigo, me agarro el brazo y me logro retener.

-“al fondo del patio esta, no vas a querer verlo, se volo la cabeza” dijo con una voz casi a punto de quebrarse.

Creo que nunca supe como realmente sucedió todo, pero deben de haberlo encontrado a la tarde, así que para la hora que llegue yo, ya la mayoría de la gente que conocíamos estaba ahí. Parado en el marco de la puerta, con Ariel agarrandome un brazo y yo medio entre la realidad y lo que mi mente adolescente lograba procesar de toda la situación, me tome unos segundos para mirar alrededor, podía ver a nuestros amigos sentados, cada uno con una cara de tristeza mayor que el anterior.

En esos pocos segundos, intente darle coherencia, me acorde de la ultima vez que lo habia visto, de las ultimas palabras que habiamos dicho, me acorde de una noche hace un tiempo, donde nos habia amenazado con hacer esto mismo q hoy habia hecho.

Cerre los ojos y pase por la puerta, mi mundo se venia abajo alrededor mio y la gente pasaba como un borrón frente a mis ojos, en mi mente, todavía esperaba encontrarme a Tomás saliendo de atrás de un rincón y que nos ibamos a reir de toda esta confusión, pero eso nunca pasó.

1 comentario:

  1. me hiciste llorar. esta bueno exorcizar la pesada tristeza con palabras.

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